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Artículo subido el 20/03/2019
Insomnio. Consejos para dormir mejor

El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente y uno de los que más trascendencia sanitaria y social tiene. Varios estudios han demostrado su asociación con un peor estado de salud en general y con la percepción de la propia salud como mala

Los humanos somos la única especie que desde hace varias décadas venimos transgrediendo las horas de sueño diarias. Hemos pasado a reducir el tiempo para dormir una media de dos horas en las últimas tres décadas y, en esto, pueden estar influenciando determinadas profesiones, como la sanitaria. Turnos rotatorios de mañana, tarde y noche o días de guardia con trabajo durante las 24 horas, alteran el normal funcionamiento del ritmo circadiano, al igual que los cambios horarios, adelantando o atrasando la hora, a conveniencia, según la estación del año.


Si nos referimos a la dificultad para iniciar o mantener el sueño o la manifestación de sueño no reparador, con independencia de su duración o sus consecuencias, "los estudios concluyen que cerca de un 30% de la población tiene, al menos, alguna de las manifestaciones propias del insomnio. Cuando a esa definición se añaden, las consecuencias clínicas diurnas de haber dormido mal, insatisfacción con la cantidad o con la calidad del sueño, la prevalencia se sitúa entre un 9% a un 15% y un 8-18%, respectivamente", señala el doctor Jose Ignacio Prieto Romo, miembro del grupo de trabajo de Respiratorio de SEMERGEN. 

 

Diapositiva por gentileza del Dr. D. Jaime Corral Peñafiel (Neumólogo de HSPA de Cáceres)

 

Si la clasificación se realiza en relación a los criterios diagnósticos del sueño según DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) o la  ICSD (Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño), estas cifras se reducen al 6%. "En nuestro ámbito, aproximadamente un 23% de la población, presenta alguna dificultad del sueño y un 11% dice tener insomnio. Estas cifras ya se observan en adultos jóvenes y parecen aumentar con la edad" apunta el doctor Prieto.  En Atención Primaria, el insomnio, es el trastorno de sueño que se presenta más frecuentemente, con una incidencia aproximada de un 17,4% de insomnio, según criterios DSM y un 27% si nos referimos a quejas de mal dormir. La transgresión continua de nuestros horarios de sueño, con la pérdida de la calidad del mismo, hace que, al final, el insomnio se convierta en un auténtico problema de salud.

 

Medicamentos para dormir

"Los pacientes desean resolver su problema de forma inmediata, en vez de  cambiar sus hábitos de vida, horarios, uso de dispositivos móviles ..., prefieren medicarse, sin pararse a pensar en los posibles efectos secundarios de la medicación" expresa el doctor José Ignacio Prieto. La cantidad de sueño profundo global se reduce considerablemente con fármacos y esto se convierte en un problema, pues son, las fases de sueño profundo y REM, las que comportan los mayores beneficios para nuestro organismo. Al inducir un sueño superficial y rápido, los paciente corren serio riesgo de engancharse a este tipo de sustancias durante largo tiempo, lo cual,  les provoca dependencia, a veces de por vida, de tal manera, que, si intentan dejarlo, no son capaces de hacerlo.

 

Consejos para dormir mejor

Para dormir mejor, es necesario mantener una buena higiene del sueño,  hacer ejercicio y llevar una alimentación correcta, exenta de excitantes  y tóxicos.

Respecto a los hábitos saludables de sueño, el doctor Jose Ignacio Prieto Romo recomienda:

 

  • Procurar tener horarios regulares de inicio de sueño durante la semana.

  • Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño.

  • Levantarse todos los días, incluidos los fines de semana, a la misma hora.

  • Evitar quedarse en la cama más tiempo del necesario.

  • Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura, ventilación, ruidos, luz)

  • Evitar tóxicos como alcohol o tabaco. 

  • Evitar actividades estresantes en las horas previas a acostarse y practicar ejercicios de relajación al hacerlo. Por ejemplo, no ver películas de terror ni leer libros desagradables)

  • No llevarse trabajo al dormitorio ni a la cama. 

  • Tomar baños de agua  a temperatura corporal, por su efecto relajante.

  • Evitar fármacos depresores del sistema nervioso central.

  • No retrasar voluntariamente el inicio del sueño. No utilizar dispositivos portátiles, televisión, móviles en la cama ni en las 2 horas antes de acostarse y por supuesto, dormir sin la influencia lumínica de dichos dispositivos.

  • Practicar ejercicio físico moderado en horas con sol y nunca en las 2 horas antes de acostarse.