El asma es una enfermedad crónica de los pulmones que inflama y estrecha las vías respiratorias. El asma causa períodos repetidos de sibilancias (silbidos al respirar), presión en el pecho, dificultad para respirar y tos. Con frecuencia la tos se presenta por la noche o en las primeras horas de la mañana.
El asma es una enfermedad prolongada que no se cura, pero que se puede controlar. El buen control del asma logrará lo siguiente:
El asma se trata con dos tipos de medicinas:
El tratamiento inicial y de mantenimiento dependerá de la gravedad de su enfermedad y el grado de control del asma puesto que puede variar con el tiempo y depender de cambios en el medio ambiente de la casa, la escuela o el trabajo.
Es posible que el médico necesite aumentarle la medicina a largo plazo si el asma no está controlada. Por otra parte, si la enfermedad está bien controlada durante varios meses, puede disminuirle. Estos ajustes ayudarán a mantener el mayor control posible con la menor cantidad necesaria de medicina.