Linfoma

¿Qué es?

Se trata de un cáncer maligno que afecta al sistema inmunitario (de defensa) de nuestro organismo y que se caracteriza por la proliferación anormal de linfocitos (una de las clases de células de defensa de nuestro organismo), entre los que se encuentran diferentes tipos: los linfocitos B, linfocitos T, Linfocitos NK, histiocitos…

Los linfomas se dividen en 2 grupos: Linfoma de Hodgkin y Linfoma No Hodgkin (más frecuente), se pueden subdividir en subtipos de diferente agresividad según su rapidez de crecimiento y pueden afectar desde a los ganglios linfáticos hasta otras localizaciones como la médula ósea, el bazo, el hígado…

 

¿Qué síntomas producen?

Los linfomas producen sintomatología variada que en ocasiones y sobre todo en los estadios más iniciales de la enfermedad, puede pasar desapercibida o confundirse con otras enfermedades por la inespecificidad de los síntomas. Estos son:

• El conocido como síndrome constitucional, consistente en debilidad, sensación de cansancio continuo y una pérdida de peso muy rápida y progresiva, en apenas unos meses, sin atribuirse a ninguna causa.
• Febrícula o fiebre persistente, que puede predominar por las tardes y persistir a pesar de antitérmicos, habiéndose descartado causas infecciosas de la fiebre previamente.
• Sudoración excesiva durante las noches.
• Aparición de ganglios en axilas, lateralmente al cuello o a nivel de las clavículas con tamaño aumentado respecto al suyo habitual.
• Otros síntomas como molestias abdominales o dificultad para el paso de aire por las vías respiratorias superiores…

 

Diagnóstico

En primer lugar, ante la aparición de los síntomas anteriormente descritos, es necesaria una primera valoración por su médico de cabecera, quien determinará si existe una sospecha clínica que resulta fundamental en el diagnóstico de la enfermedad.

Además, la sospecha clínica por los síntomas puede ser apoyada por estudios analíticos o una radiografía de tórax.

Si su médico descarta, por los síntomas o con la ayuda de pruebas complementarias, otros procesos como pueden ser cuadros infecciosos que producen clínica similar (fiebre, cansancio, aumento del tamaño de los ganglios…), habrá que descartar en un siguiente paso que los síntomas que presenta puedan estar en relación a un linfoma. En ese caso, deberá ampliarse el estudio con tomas de biopsias mediante punción del ganglio aumentado de tamaño con una aguja fina, que servirá para determinar posteriormente mediante una citología la presencia de células anómalas que nos darían el diagnóstico de linfoma.

 

Tratamiento

Hay diferentes tipos de tratamiento para el linfoma:

• Radioterapia: Se utiliza radiación para eliminar células cancerosas, pudiendo realizarse como un tratamiento activo o para paliar síntomas cuando la enfermedad está avanzada. Puede conllevar efectos secundarios al irradiar otros tejidos.
• Quimioterapia: Es la administración de medicación vía oral o intravenosa con la misión de destruir o frenar la proliferación de células cancerosas.
• Inmunoterapia: Uso del propio sistema inmune para combatir las células cancerosas.
• Trasplante de médula ósea del procedente del propio paciente o de otra persona. Las células madre trasplantadas restauraran las células afectadas.
• Cirugía. Para extirpar tejido donde ha proliferado localmente el linfoma.

 

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