Los acúfenos, también conocidos como tinnitus son la percepción de sonidos en nuestro oído sin un estímulo sonoro que lo esté originando realmente.
Los acúfenos pueden ser agudos o graves, y por otro lado pueden sentirse de forma continua o intermitente. La percepción de los mismos pueden llegar a afectar a la calidad de vida del paciente que los padece ya que produce gran nerviosismo, irritabilidad e incluso puede desencadenar estados de ansiedad.
En muchas ocasiones pueden aparecer sin una causa clara, mientras que en otras aparecen por exposición a ruidos constantes durante mucho tiempo o intensos, asociados a enfermedades sistémicas de nuestro organismo, en relación a factores de riesgo en personas de edades avanzadas, o por enfermedades del propio oído. Cuando esta aparición de acúfenos va asociado a otros síntomas como son el vértigo o la pérdida de audición pueden estar en relación con la conocida como enfermedad de Menière.
Ante la aparición de estos sonidos hay que acudir al médico de cabecera para poder descartar en primer lugar mediante la exploración del oído con una otoscopia que pudiese existir alguna causa del conducto auditivo o de la membrana timpánica que pueda estar desencadenándolos. Igualmente hay que descartar problemas neurológicos mediante la exploración, y posibles contracturas cervicales que pudiesen ocasionarlos. Es importante igualmente identificar los posibles antecedentes de exposición a ruidos intensos en el trabajo ya que muchos pueden tener aquí su origen.
Cuando la exploración física es normal el estudio puede ser ampliado mediante pruebas complementarias como pueden ser la resonancia magnética para descartar problemas neurológicos y/o realizar una audiometría por el otorrinolaringólogo.
No se trata específicamente el síntoma, de hecho en gran porcentaje de los casos los acúfenos pueden desaparecer de forma espontánea sin ninguna terapia. Sin embargo se suele dar una serie de recomendaciones para mitigar los síntomas que pueden aparecer por la afectación a la calidad de vida que pueden llegar a producir, como por ejemplo evitar excitantes (como la cafeína, el alochol…) y evitar la exposición a ruidos intensos o continuos.
Si estas recomendaciones generales no son efectivas se puede recurrir a tratamientos farmacológicos con antidepresivos, alguna bezodiazepina o con complejos vitamínicos (sin una eficacia claramente demostrada) que pueden hacer desaparecer los acúfenos a algunas personas que los padecen. Sin embargo, estos no resultan efectivos en todos los casos.
Dr. Javier Precioso Costa. NC: 4622492
Dr. Fernando Navarro i Ros. NC: 4622291
Equipo médico pacientessemergen.es