La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano. Es ampliamente conocido que el estilo de vida y la alimentación influyen en el estado de la piel. Un estilo de vida y una alimentación poco saludables se asocian a un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares (infarto agudo de corazón, angina de pecho, ictus, etc). Además, la piel de esas personas también suele verse más envejecida y ajada que la de las personas que mantienen una dieta sana y un estilo de vida saludable.
Las manifestaciones cutáneas forman parte de los signos y síntomas con los que se presentan algunas enfermedades sistémicas. Por ejemplo, en ocasiones la xerosis (sequedad) cutánea y el exoftalmos (protrusión de los globos oculares hacia fuera), pueden alertar sobre la presencia de patología tiroidea subyacente.
Algunas enfermedades endocrinológicas, como por ejemplo la diabetes mellitus o la obesidad, conllevan un mayor riesgo de padecer eventos cardiovasculares (infarto agudo de miocardio, angina de pecho, ictus, etc). La diabetes y la obesidad se asocian a numerosas alteraciones cutáneas secundarias a ellas: xerosis cutánea, acrocordones, estrías de distensión, pseudoacantosis nigricans, etc.
Numerosas enfermedades de la piel se asocian a la presencia de un mayor riesgo cardiovascular y/o síndrome metabólico: psoriasis, lupus eritematoso sistémicos, alopecia androgénica, hidrosadenitis supurativa, liquen plano, dermatitis atópica, urticaria crónica, etc. Según las últimas revisiones científicas se considera que la psoriasis y el lupus eritematoso sistémico son factores independientes de riesgo cardiovascular (como el tabaquismo o la hipertensión arterial por ejemplo).
La interrelación entre la piel y el riesgo cardiovascular también está presente a nivel terapéutico. Determinados fármacos sistémicos utilizados para tratar algunas enfermedades cutáneas pueden influir sobre los factores de riesgo cardiovascular: algunos empeoran el riesgo cardiovascular (retinoides orales, antihistamínicos o corticosteroides orales por ejemplo), podrían tener efecto cardioprotector (metotrexate por ejemplo), etc. Algunos tratamientos de enfermedades sistémicas resultan de utilidad en el tratamiento de enfermedades cutáneas: antidiabéticos (metformina, pioglitazona), simvastatina, etc.
David Palacios Martínez
Coordinador GDT Dermatología
2828/57296
Revisado por equipo médico de pacientessemergen.es