¿Qué es?
El lupus eritematoso sistémico o LES es una enfermedad inflamatoria crónica de causa autoinmune que afecta a diversos sistemas del organismo. Esto significa que el sistema inmunitario o de defensa identifica células del propio organismo como extrañas y las ataca, La causa por la que esto sucede no se conoce completamente, pero se piensa que en ella intervienen factores genéticos, hormonales y, posiblemente, infecciosos.
El lupus eritematoso sistémico puede afectar a personas de cualquier sexo y edad, sin embargo es más frecuente en mujeres entre 10 y 50 años.
¿Cuáles son los síntomas?
El LES puede afectar a varias partes del cuerpo como las articulaciones, la piel, el corazón, los riñones, los vasos sanguíneos, los pulmones y el cerebro, por tanto los síntomas son diversos y aparecen con diferente intensidad, entre los síntomas más comunes nos encontramos:
Otros síntomas que pueden aparecer son: anemia, dolor de cabeza, mareo, confusión, convulsiones…
La enfermedad aparece en forma de brotes con síntomas que pueden variar de un brote a otro. Además cada persona presenta un patrón diferente de la enfermedad.
¿Cómo se diagnostica?
Con el tiempo se han desarrollado técnicas y criterios que permiten un diagnóstico mucho más temprano que hace años. Estos criterios se basan principalmente en tres aspectos:
Aunque no existe una prueba específica que nos indique de forma categórica la presencia de LES, en los análisis de sangre y orina existen determinadas alteraciones que permiten orientar el diagnóstico:
¿Existe tratamiento?
En primer lugar es importante tener en cuenta que en su mayoría, los pacientes con LES pueden llevar una vida normal desde el punto de vista laboral, social y familiar. Es importante identificar los síntomas de la forma más precoz posible ya que el tratamiento del LES es principalmente el de evitar las complicaciones que pueda producir y lograr una estabilidad clínica, es decir, el tratamiento no es curativo pero si logra controlar los brotes y mantener una calidad de vida mejor que sin tratamiento.
La base del tratamiento es reducir la respuesta inflamatoria autoinmune, para ello se utilizan fármacos como los antiinflamatorios, los corticoides, antipalúdicos, inmunosupresores y en algunos casos fármacos que van dirigidos a modificar de forma específica una parte del sistema inmune, esto son los llamados fármacos biológicos.