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Artículo subido el 07/10/2021
Cambio de paradigma del paciente agudo al paciente crónico

Un seminario celebrado en el marco de la edición virtual del 43ºCongreso Nacional de SEMERGEN, ha puesto de manifiesto la necesidad de reactivar la atención de los pacientes crónicos y concienciar sobre la realidad a la que se afrentan, favoreciendo la adopción de nuevos modelos de coordinación entre niveles asistenciales y agentes sociosanitarios

La necesidad de que los 19 millones de personas en España que conviven con enfermedades crónicasi recuperen el contacto con sus profesionales sanitarios de referencia y su ritmo de consultas habituales, así como garantizar la continuidad asistencial son dos de los retos que se plantean en el abordaje de las enfermedades crónicas, en el nuevo escenario sociosanitario tras un año y medio de pandemia. Así se ha puesto de manifiesto en la mesa Cronicidad: Horizonte 2025, ¿Qué hoja de ruta debemos seguir para la reactivación de la asistencia y el regreso del paciente crónico a la consulta? celebrada en el marco del 43º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

 

La Plataforma Cronicidad: Horizonte 2025 (CH2025), que agrupa a las principales organizaciones colegiales, sociedades científicas, asociaciones de pacientes y compañías asociadas involucradas en la atención al paciente crónico en España, ha sido la protagonista de un seminario virtual que ha contado con el patrocinio no condicionado de Boehringer Ingelheim España. La mesa estuvo moderada por el Dr. Rafael Micó Pérez, médico de familia e integrante de los grupos de trabajo de Cronicidad y Dependencia de SEMERGEN.  Pilar Martínez Gimeno, presidenta de la Alianza General de Pacientes y Sebastià J. Santaeugènia, director del Programa de Prevención y Atención a la Cronicidad del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña han sido los encargados de presentar la postura de pacientes y administración pública, respectivamente.

 

Uno de los temas principales han sido las nuevas tecnologías y cómo pueden ayudar a la relación paciente - sanitario. En su intervención, Pilar Martínez ha expuesto que "debemos dar un impulso a la innovación a nuestro sistema sanitario, de modo que la telemedicina llegue a todos los ciudadanos sin descuidar las visitas presenciales". En la misma línea se ha manifestado Sebastiá Santaugènia, que ha explicado que "creo que el reto es encontrar ese equilibrio sano, garantizar la atención presencial a aquellas visitas para las que el contacto personal es más beneficioso y solucionar las dudas, preguntas en el ámbito no presencial".

 

Micó exponía al inicio de la mesa cómo la pandemia ha interrumpido el seguimiento de muchos pacientes y que "ahora que ya tenemos más del 70% de la población vacunada es el momento de recuperar la continuidad asistencial fragmentada y minimizar los efectos de la cronicidad". Como ejemplo, el responsable de la Atencion a la Cronicidad ha dado varios datos, como que, en 2019, solo 600.000 personas utilizaban el acceso a la plataforma online del Departamento de Salud 'La Meva Salut' mientras que ahora ese número ha ascendido a 4.300.000. Sin embargo, también ha descendido el número de visitas presenciales, del 70% en 2019 a un 35% presencial hoy en día.

 

Uno de los objetivos de la plataforma CH2025 es trabajar de cerca con la administración pública y "todos los profesionales sanitarios" y sociales para mejorar la vida de los pacientes con enfermedades crónicas. Durante el seminario también se habló del papel de los gestores y las administraciones. Rafael Micó, vicepresidente de SEMERGEN ha explicado que "es un reto cambiar el paradigma del paciente agudo al paciente crónico y dejar de tratar la enfermedad para pasar a la prevención. Necesitamos equipos multidisciplinares para romper esa barrera y conseguir una mayor equidad en el acceso a la atención y los cuidados".   

 

Sebastiá Santaeugènia, por su parte, completaba que "es menos costoso cambiar conductas y trabajar en prevención, es necesario proteger y promover la salud de las personas por parte de la administración pública, no solo el sistema sanitario. Necesitamos ser atrevidos y trabajar conjuntamente". Sobre todo, teniendo en cuenta que la continuidad asistencial se ha visto fragmentada debido a la pandemia y que "todavía es difícil a día de hoy ser atendido o ver a un médico, existen largas listas de espera" según la presidenta de la Alianza General de Pacientes, "no podemos permitir que haya ningún paciente en pausa".

 

Tal y como ejemplifica un reciente estudio realizado en centros de atención primaria de Barcelona y elaborado por el grupo de investigación trasversal en atención primaria del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), en 2020 la COVID-19 causó un descenso de hasta el 50% en el diagnóstico de patologías frecuentes en Atención Primaria, entre ellas enfermedad obstructiva crónica (EPOC) o diabetes tipo 2, respecto a la media de 2017ª 2019ii. "Es necesario y obligatorio reactivar la atención de los pacientes crónicos, ellos han sido los grandes perjudicados de la pandemia", finalizaba Rafael Micó.

 

La cronicidad en España

 

Las enfermedades crónicas son patologías de larga duración y, generalmente, de progresión lenta que conllevan una limitación de la calidad de vida de las personas afectadas y su entorno. Pueden llegar a ser causa de mortalidad prematura y también tienen un impacto económico importante, tanto a nivel familiar como asistencial.

 

Estas enfermedades afectan a más de 19 millones de personas en España, de las cuales casi 11 millones son mujeres. Su prevalencia se concentra especialmente en los mayores de 55 años y aumenta con la edad. Son responsables de más de 300.000 muertes al año (74,45% del total) y las que mayor impacto tienen sobre la esperanza y la calidad de vida de los ciudadanosii.

 

Además, estas patologías se encuentran muy ligadas al envejecimiento, ya que los mayores de 65 años conviven con una media de dos o más enfermedades crónicas. Las previsiones demográficas indican que, en tres décadas, el 30% de la población española será mayor de 65 años, lo que implicará un importante aumento del número de enfermos crónicos en el Sistema Nacional de Saludiii.