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Enfermedades Frecuentes



Artículo subido el 26/03/2015
Anemia

¿Qué se entiende por anemia?

La anemia es una situación patológica que se caracteriza por una disminución de la capacidad de la hemoglobina existente en los glóbulos rojos de la sangre, de suministrar oxígeno a los tejidos con las consecuencias que de ello se derivan.

En el ámbito médico para  decidir si existe anemia   se utilizan unos valores límites de la normalidad, por debajo de los cuales hablamos de ella.

La presencia de anemia siempre implica un desequilibrio entre la producción de glóbulos rojos por la médula ósea (disminución en el número  o disminución del estímulo o  anormalidad de las células madre formadoras  y precursores  de los  glóbulos rojos) y la pérdida  o destrucción de éstos (pérdidas al exterior, muerte precoz por diferentes anomalías  intrínsecas o extrínsecas)

¿Puedo tener anemia?

La anemia es una dolencia frecuente y un problema de salud habitual en la consulta.  Se trata de la enfermedad de la sangre más frecuente en atención primaria

¿Cómo sé si tengo anemia?

Las personas con anemia suelen presentar una serie de síntomas que se producen como consecuencia de esa amenaza para la provisión de oxígeno a los tejidos: palidez de la  piel y  las mucosas, cansancio precoz, sensación de mareo y de falta de aire y en ocasiones, palpitaciones. La palidez no es un indicador fiel de la presencia de anemia ya que la coloración depende de otros muchos factores ajenos a lo que nos ocupa.

Como  cabe apreciar, estos síntomas son muy inespecíficos y pueden presentarse en multitud de procesos, por lo que para confirmar el diagnóstico ha de realizarse una analítica sanguínea .

¿Todas las personas tienen el mismo nivel de hemoglobina?

No , los índices que determinan la existencia de anemia dependen tanto de  factores   fisiológicos como ambientales; así  el sexo (niveles mayores en hombres que en mujeres), edad (los  recién nacidos presentan cifras más elevadas en tanto que en la  senectud  estas sumas son moderadamente más bajas),  raza (la raza negra suele tener cifras algo menores), altitud, embarazo, consumo de tóxicos (tabaco) etc...

Desde un punto de vista práctico, se habla de anemia cuando los valores  de Hb (hemoglobina) son menores a 13 g/dl en el varón adulto, menores de 12g/dl en la mujer adulta y menores de 11g/dl en la mujer embarazada.

¿Siempre hay que tomar hierro?

Por supuesto que no; es más, en algunas situaciones  incluso está contraindicado, como  es el caso de las anemias que son consecuencia de  enfermedades inflamatorias o padecimientos  crónicos  o tumores, en los que el problema no es la falta, sino  una alteración en la distribución, transporte o  utilización de este mineral.

Entonces…¿hay varias clases de anemia?

En efecto, existen  múltiples tipos de anemia; la forma más común es la llamada anemia ferropénica, que viene provocada:

  • a)  por una ingesta insuficiente para  las necesidades del individuo, o
  • b) por  pérdidas sufridas, ya sea por causas fisiológicas o patológicas.

Un adulto en condiciones normales necesita 1mg/día de hierro; en una dieta habitual se ingieren unos 10 mg/día de los que sólo se absorbe  en general un 10%. Las mujeres en edad fértil, debido a las pérdidas menstruales, precisan otros 0,5-1 mg diarios más, motivo por el que son más propensas a padecer este tipo de anemia.

  • a) La disminución de la ingesta y  absorción, constituye la  causa más frecuente de anemia  en los  países subdesarrollados. En el  mundo  desarrollado las razones de una deficiente ingesta suelen obedecer a dietas muy desequilibradas como es el caso de la anorexia nerviosa, regímenes severos de adelgazamiento, o de  personas en situación de marginación social. Una adecuada ingesta aunque con  problemas en la absorción se pueden dar  en intervenidos de estómago, síndromes de mala absorción, presencia de alcalinos etc.
  • b) El aumento de las pérdidas, es el principal motivo  de anemia ferropénica en adultos en  países desarrollados. La pérdida crónica de pequeñas cantidades de sangre puede producirse por vía digestiva (úlcera péptica, esofagitis por reflujo, uso de antiinflamatorios o neoplasias digestivas) vía genitourinaria (hematuria microscópica de diversas etiología, menstruaciones excesivas, neoplasias, fibromas uterinos..), o bien ser consecuencia de donaciones frecuentes , sangrados nasales habituales ,  o por analíticas frecuentes principalmente  en hospitalizados  

El tratamiento recomendado en estos casos, aparte de buscar y corregir la causa de la anemia, es tratar el déficit con  sales de  hierro vía oral, siempre acompañado de  otras medidas dietéticas.  La mejor forma de ingerirlo es  en ayunas, si es posible acompañado de vitamina C, puesto que facilita la absorción; aunque  no siempre es bien tolerado  debe  evitarse la administración concomitante de protectores de la mucosa gástrica , porque como se ha  indicado con anterioridad, la alcalinidad dificulta la absorción. Existe un detalle que ha de advertirse y que puede ser motivo de alarma: siempre que se inicia este tipo de terapia aparece coloración oscura, casi negruzca de las heces . 

¿Se puede  prevenir?

Cuando se trata de anemias carenciales es posible su prevención  con una adecuada alimentación  y la administración previsora de hierro y/o vitaminas  en los periodos críticos. Hay algunas etapas en   las que  la persona es más proclive a padecer estas anemias: prematuros y recién nacidos de bajo peso, lactantes alimentados por madres estrictamente vegetarianas sin suplementos, mujeres en edad fértil por las pérdidas menstruales, ancianos o en aquellos casos de intervenciones gástricas o intestinales, así como  en supuestos  de mala absorción intestinal, anorexia nerviosa , sometimiento a dietas vegetarianas estrictas o a  dietas macrobióticas en el destete. La adolescencia, por tratarse de  un período de crecimiento rápido, y el embarazo constituyen también circunstancias  de riesgo de  padecer esta enfermedad.

Una dieta equilibrada, con alimentos variados, incluyendo los de origen animal (carnes rojas y pescados en general)  cubre las necesidades basales de hierro en condiciones normales. En los períodos en los que se incrementan las necesidades fisiológicas - infancia, adolescencia o embarazo-, la administración preventiva de sales de hierro  oral se erige como el método de prevención más eficaz.

¿Se cura la anemia?

La curación depende de la causa responsable de la misma,  si bien cuando se trata de anemias relacionadas con  enfermedades crónicas, el objetivo no es tanto la curación como el control de la  enfermedad  subyacente,  que conllevará  la mejoría en el déficit de hierro.

Hemoglobina
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